Con Francia y Colombia, crece el frente en la COP30 contra los combustibles fósiles
Dos años después de un acuerdo mundial sobre la eliminación progresiva de las energías fósiles, unos cincuenta países, entre estos Francia y Colombia, están presionando para ir aún más lejos en la cumbre climática COP30, en desafío a las potencias petroleras.
En la cumbre de líderes en Belém la semana pasada, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva hizo un llamado a crear una "hoja de ruta" para "superar la dependencia de los combustibles fósiles".
Este fuerte e inesperado apoyo político envalentonó a un grupo de países que ahora busca un consenso sobre un plan más detallado sobre la eliminación del carbón, el petróleo y el gas fósil, principales responsables del cambio climático.
El tema aún no está en la agenda oficial de la mayor conferencia climática de Naciones Unidas, pero hay maniobras diplomáticas para incluirlo.
"Estamos tratando de ampliar una coalición de Estados", que quieren poner el asunto "en el paquete global de negociaciones", indicó la delegación francesa, que trabaja especialmente con Kenia, Alemania y Colombia.
El país sudamericano busca posicionarse como una voz fuerte en la discusión ambiental y está haciendo circular en la COP una "declaración de Belém", consultada por la AFP.
Los países firmantes se comprometerían a "apoyar el llamado a avanzar en una hoja de ruta para la transición de las energías fósiles" a fuentes limpias.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, quiere organizar en su país la primera "conferencia internacional para la eliminación de las energías fósiles" en abril de 2026, un mes antes de las elecciones presidenciales.
- "Rompecabezas diplomático" -
La emergente coalición para apartarse de las energías fósiles desea una decisión negociada en la COP por consenso de los cerca de 200 países reunidos. Sería mucho más importante que una declaración de intención firmada solo por las naciones más voluntariosas.
"Nuestra prioridad para los próximos días es ampliar esta coalición, hablar con todos los países que consideran que es necesario avanzar, que es necesario acelerar en este tema", reiteró la fuente francesa.
Concretamente, la idea es basarse en la decisión alcanzada en la COP28 en Dubái, que pedía "realizar una transición justa, ordenada y equitativa hacia la eliminación de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos". En esa Conferencia todos los países mencionaron por primera vez de manera explícita el fin de la energía fósil.
La iniciativa ha encontrado apoyos en Europa, en los Estados insulares y en América Latina. La coalición ya cuenta con el respaldo de unos 50 o 60 países, pero sus promotores esperan llegar a un centenar.
No aspiran a que todos los países se comprometan con fechas específicas para la eliminación de las energías fósiles. Pero los instan a presentar detalles más concretos sobre los avances hacia ese objetivo, algo que podría tener seguimiento en la COP31 dentro de un año.
"Realmente me gusta esta idea de una hoja de ruta porque sienta las bases para una transición justa y planificada", declaró en Belém la ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva.
"Es un rompecabezas diplomático que se está armando", observa Romain Ioualalen, de la ONG Oil Change International.
El desafío es presentar a la presidencia brasileña de la COP, que en principio debe mantenerse neutral, un "bloque de países" lo suficientemente importante como para imponer este tema, analiza Ioualalen.
Algunos obstáculos aparecen en el camino.
La mayoría de los países productores de petróleo, encabezados por Arabia Saudita, no están de acuerdo.
Este grupo se ha mostrado particularmente difícil en las negociaciones en Belém, según varias fuentes. "La principal resistencia proviene del grupo árabe, en particular de Arabia Saudita", según Bill Hare, director de la ONG Climate Analytics y veterano observador de las COP.
Alrededor de 70 países se oponen a una nueva decisión sobre las energías fósiles, estima un negociador.
"Es muy fácil hablar de reducir las energías fósiles o incluso de eliminarlas cuando se vive en un país desarrollado como Francia", ironizó el jefe negociador de Rusia, Vladimir Ouskov. "Pero hay personas en una ciudad como Belém que ni siquiera tienen acceso a alimentos o electricidad", señaló a la AFP.
Brasil tiene sus propias contradicciones. El presidente Lula apoya un proyecto de exploración petrolera que acaban de iniciar en el mar frente a la Amazonía.
P. da Silva--JDB